Segunda parte de la biografía. Hoy me gustaría hablar un poco sobre la carrera que estudié antes de empezar el máster: el grado en Traducción e Interpretación, combinación Inglés-Español. Como he comentado en la primera entrada biográfica, mi primera lengua extranjera es el inglés, mientras que la segunda es el francés.
Primer año
El primer año de carrera se caracterizaba por la ausencia de la traducción, algo que quizá sorprendiera a más de uno. Pero, si nos paramos a pensarlo, tiene su lógica: para traducir es necesario perfeccionar los conocimientos sobre las lenguas de trabajo. Por ello, las asignaturas clave de este primer año fueron, en mi caso, Inglés, Francés, Lengua Española y Lengua Gallega, así como otras relativas a la iniciación al campo de la traducción. Algo que creo que nos sorprendió a todos los que pertenecíamos a la combinación Inglés-Español fue que, tras tener la asignatura de Lengua Española en el primer cuatrimestre, tuviéramos Lengua Gallega en el segundo (lo mismo les ocurría a los alumnos de Inglés-Gallego, pero a la inversa). Sin embargo, debo reconocer que me alegro de haber tenido esa asignatura en el primer año, ya que creo que mejoré notablemente aspectos como la gramática, las expresiones y el léxico.
Segundo año
El segundo año de carrera lo pasé en Gales, como estudiante Erasmus en la Universidad de Bangor. Una de los símbolos de Bangor es, sin duda, la universidad. De hecho, su población aumenta enormemente durante el curso académico, por lo que podríamos decir que es una ciudad universitaria.
Durante ese curso empecé a hacer traducciones en la asignatura de Francés, por lo que las lenguas de trabajo eran el inglés y el francés. Como se puede ver, no hice traducciones en la que utilizara mi lengua materna, pero me gustó el reto que (reconozco que en muchas ocasiones) suponía traducir utilizando dos lenguas extranjeras. Las dos novedades en cuanto a idiomas llegaron al empezar a estudiar alemán y chino. El primero de ellos era un idioma que llevaba algo de tiempo queriendo estudiar. La verdad es que el hecho de empezarlo en un país extranjero, algo que puede suponer una dificultad añadida, no me impidió empezar a aprenderlo con ganas. El otro idioma, el chino, me pareció una novedad interesante y curiosa. Sin embargo, a diferencia del alemán, sólo estudié chino durante un cuatrimestre, ya que me pareció una lengua demasiado compleja y preferí adquirir sólo un aprendizaje muy básico. El resto de las asignaturas estaban relacionadas con el inglés aplicado a diferentes áreas, desde aquellas especializadas en redacción y gramática, hasta el inglés aplicado a contextos laborales. Sin duda alguna, me encantó conocer esta universidad.
Tercer año
El tercer año de carrera se caracterizó por dos cosas fundamentalmente:
La primera de ellas fue la presencia de la traducción ya como asignatura. En el primer cuatrimestre tuve tres asignaturas relativas a esta área: Traducción Inglés-Español, Traducción Francés-Español y Traducción Español-Gallego. En el segundo, volví a tener las dos primeras asignaturas. Los textos que se utilizaban en clase eran de tipo general, cuyo contenido era variado, pero utilizar un lenguaje demasiado específico, para que nos resultara más sencillo empezar a traducir correctamente. Gracias a ello, aprendimos a traducir diferentes tipos de texto de forma adecuada.
La segunda fue la interpretación, a la que todos nos "enfrentábamos" por primera vez, algo que, sobre todo los primeros días, nos hacía estar nerviosos e intrigados por cómo sería interpretar. Ya son muchas las veces que me han dicho "qué difícil suena eso de la interpretación" o "¿cómo sois capaces de escuchar e ir traduciendo a la vez?". Somos capaces y todavía no nos hemos vuelto locos (not yet). Todo es cuestión de práctica y esfuerzo. Las tres asignaturas de interpretación (todas obligatorias en tercero) eran Interpretación de Enlace, Interpretación Consecutiva e Interpretación Simultánea. Si me preguntan cuál es mi favorita lo tengo claro: la última. Antes de empezar la asignatura me fascinaba eso de interpretar mientras va hablando la persona que transmite el mensaje. Sí, a priori es habitual pensar que es difícil y dudar que se pueda hacer bien, pero después me di cuenta de que poco a poco se le va "pillando el truco" y me acabó encantando. Eso sí, todos tenemos días malos en los que nos sale fatal la interpretación, algo por lo que no hay que desmotivarse. La práctica acaba dando sus frutos.
Cuarto año
Y por fin, el último año de carrera. Podríamos decir que este último curso estaba caracterizado por la traducción especializada. A excepción de unas pocas asignaturas y el Trabajo de Fin de Grado, la mayoría de las asignaturas eran optativas, por lo que cada uno podía escoger aquello que prefería. En mi caso, las que más me gustaron fueron Traducción Científica y Traducción Audiovisual, aunque reconozco que aprendí de todas las demás. Sin duda, una de las cosas más "chulas" fue aprender las diferentes estrategias de traducción de cada especialidad y observar que lo adecuado en un caso es un error en otro. Además de la traducción, ese año las asignaturas de interpretación también se ofrecían como optativas, por lo que decidí animarme a volver a tener Interpretación Simultánea (y a volver a pasar por las a veces temidas cabinas). Aunque se notó el aumento de dificultad con respecto al año anterior (y admito que llegué a pasar miedo de cara al examen, algo que creo que todos o casi todos mis compañeros de la asignatura compartían), me alegro de todo lo que aprendí, que no fue poco. ¿Y qué contar sobre el Trabajo de Fin de Grado? Como todos, tuve mis momentos de agobio, que no fueron pocos. Pero espero que esa experiencia me ayude de cara al Trabajo de Fin de Máster.
And that's it!
El primer año de carrera se caracterizaba por la ausencia de la traducción, algo que quizá sorprendiera a más de uno. Pero, si nos paramos a pensarlo, tiene su lógica: para traducir es necesario perfeccionar los conocimientos sobre las lenguas de trabajo. Por ello, las asignaturas clave de este primer año fueron, en mi caso, Inglés, Francés, Lengua Española y Lengua Gallega, así como otras relativas a la iniciación al campo de la traducción. Algo que creo que nos sorprendió a todos los que pertenecíamos a la combinación Inglés-Español fue que, tras tener la asignatura de Lengua Española en el primer cuatrimestre, tuviéramos Lengua Gallega en el segundo (lo mismo les ocurría a los alumnos de Inglés-Gallego, pero a la inversa). Sin embargo, debo reconocer que me alegro de haber tenido esa asignatura en el primer año, ya que creo que mejoré notablemente aspectos como la gramática, las expresiones y el léxico.
Segundo año
El segundo año de carrera lo pasé en Gales, como estudiante Erasmus en la Universidad de Bangor. Una de los símbolos de Bangor es, sin duda, la universidad. De hecho, su población aumenta enormemente durante el curso académico, por lo que podríamos decir que es una ciudad universitaria.
Durante ese curso empecé a hacer traducciones en la asignatura de Francés, por lo que las lenguas de trabajo eran el inglés y el francés. Como se puede ver, no hice traducciones en la que utilizara mi lengua materna, pero me gustó el reto que (reconozco que en muchas ocasiones) suponía traducir utilizando dos lenguas extranjeras. Las dos novedades en cuanto a idiomas llegaron al empezar a estudiar alemán y chino. El primero de ellos era un idioma que llevaba algo de tiempo queriendo estudiar. La verdad es que el hecho de empezarlo en un país extranjero, algo que puede suponer una dificultad añadida, no me impidió empezar a aprenderlo con ganas. El otro idioma, el chino, me pareció una novedad interesante y curiosa. Sin embargo, a diferencia del alemán, sólo estudié chino durante un cuatrimestre, ya que me pareció una lengua demasiado compleja y preferí adquirir sólo un aprendizaje muy básico. El resto de las asignaturas estaban relacionadas con el inglés aplicado a diferentes áreas, desde aquellas especializadas en redacción y gramática, hasta el inglés aplicado a contextos laborales. Sin duda alguna, me encantó conocer esta universidad.
Tercer año
El tercer año de carrera se caracterizó por dos cosas fundamentalmente:
La primera de ellas fue la presencia de la traducción ya como asignatura. En el primer cuatrimestre tuve tres asignaturas relativas a esta área: Traducción Inglés-Español, Traducción Francés-Español y Traducción Español-Gallego. En el segundo, volví a tener las dos primeras asignaturas. Los textos que se utilizaban en clase eran de tipo general, cuyo contenido era variado, pero utilizar un lenguaje demasiado específico, para que nos resultara más sencillo empezar a traducir correctamente. Gracias a ello, aprendimos a traducir diferentes tipos de texto de forma adecuada.
La segunda fue la interpretación, a la que todos nos "enfrentábamos" por primera vez, algo que, sobre todo los primeros días, nos hacía estar nerviosos e intrigados por cómo sería interpretar. Ya son muchas las veces que me han dicho "qué difícil suena eso de la interpretación" o "¿cómo sois capaces de escuchar e ir traduciendo a la vez?". Somos capaces y todavía no nos hemos vuelto locos (not yet). Todo es cuestión de práctica y esfuerzo. Las tres asignaturas de interpretación (todas obligatorias en tercero) eran Interpretación de Enlace, Interpretación Consecutiva e Interpretación Simultánea. Si me preguntan cuál es mi favorita lo tengo claro: la última. Antes de empezar la asignatura me fascinaba eso de interpretar mientras va hablando la persona que transmite el mensaje. Sí, a priori es habitual pensar que es difícil y dudar que se pueda hacer bien, pero después me di cuenta de que poco a poco se le va "pillando el truco" y me acabó encantando. Eso sí, todos tenemos días malos en los que nos sale fatal la interpretación, algo por lo que no hay que desmotivarse. La práctica acaba dando sus frutos.
Cuarto año
Y por fin, el último año de carrera. Podríamos decir que este último curso estaba caracterizado por la traducción especializada. A excepción de unas pocas asignaturas y el Trabajo de Fin de Grado, la mayoría de las asignaturas eran optativas, por lo que cada uno podía escoger aquello que prefería. En mi caso, las que más me gustaron fueron Traducción Científica y Traducción Audiovisual, aunque reconozco que aprendí de todas las demás. Sin duda, una de las cosas más "chulas" fue aprender las diferentes estrategias de traducción de cada especialidad y observar que lo adecuado en un caso es un error en otro. Además de la traducción, ese año las asignaturas de interpretación también se ofrecían como optativas, por lo que decidí animarme a volver a tener Interpretación Simultánea (y a volver a pasar por las a veces temidas cabinas). Aunque se notó el aumento de dificultad con respecto al año anterior (y admito que llegué a pasar miedo de cara al examen, algo que creo que todos o casi todos mis compañeros de la asignatura compartían), me alegro de todo lo que aprendí, que no fue poco. ¿Y qué contar sobre el Trabajo de Fin de Grado? Como todos, tuve mis momentos de agobio, que no fueron pocos. Pero espero que esa experiencia me ayude de cara al Trabajo de Fin de Máster.
And that's it!
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