Hoy toca hablar sobre la segunda sesión de Didáctica, que tuvo lugar la semana pasada. Sé que escribo sobre ello un poco tarde, ¡pero más vale tarde que nunca!
Como no podía ser de otra forma, se empezó la clase con una actividad introductoria o, dicho de otra forma, una warm up activity. Una actividad para una primera clase con un grupo de alumnos de secundaria o bachillerato. Y una buena forma de explicar en qué consiste esta actividad es haciéndola. ¿Qué he aprendido con esto? Que es importante animar a los alumnos a hablar, a no tener miedo de cometer errores, a prestar atención al desarrollo de la actividad, a ser curiosos... Y a interactuar.
La posibilidad de conocer un poco más a los compañeros y de compartir datos con ellos puede despertar el interés de los alumnos. Y, si gracias a ello logramos una mayor implicación en la asignatura, estamos un paso más cerca del éxito como docentes.
Otro aspecto interesante: diferencia entre ejercicio, actividad y tarea. ¿Es tan fácil saber diferenciarlas? En mi caso, igual que con muchas otras cosas, no veía tan clara esa diferencia hasta que no se comentó en la clase y me di cuenta de lo importante que es aprender a no utilizar los tres conceptos indistintamente. Ahora tengo más claro que plantear una actividad es más complejo que plantear un ejercicio. Este último podría consistir, en el ámbito del inglés como lengua extranjera, en completar oraciones utilizando el tiempo verbal adecuado. Sin embargo, una actividad requiere más. Más participación de los alumnos, más interacción, más complejidad. Un ejemplo de actividad en el que pensaría ahora mismo: que los alumnos elaboren preguntas, sin olvidar utilizar bien la gramática y el vocabulario aprendidos, para posteriormente hacérselas a sus compañeros. Se combinaría la interacción, el intercambio de información sobre los demás y la práctica de los contenidos de la materia.
Finalmente, se planteó la preparación de una actividad con una base que, en mi opinión, es del todo curiosa: cualquier objeto que yo (la profesora) lleve en el bolso. Cualquier cosa que suela llevar en el bolso puede inspirar una actividad. La verdad es que, en un primer momento, me pareció raro que algo tan simple como unas llaves o una cartera puedan dar lugar a una actividad. Sin embargo, después de pensar en qué actividades podría crear a partir de eso, comprobé que es un planteamiento muy interesante. La actividad que creé no es demasiado compleja, aunque creo que podría ser útil para trabajar en el aula. Decidí utilizar unas llaves como objeto base. A partir de las llaves, se introduciría el tema del hogar, acompañado de una frase tan habitual como "Home, sweet home!", y se expondría el vocabulario relacionado con la casa. Un complemento podría ser el uso de dibujos e imágenes. Los alumnos realizarían una breve redacción en la que contarían cómo sería su casa ideal, para después exponerla a sus compañeros, que podrían hacer preguntas sobre el tema. Así, se combinaría la interacción con la práctica de contenido, sin olvidar que se aprendería más sobre los gustos de los compañeros.
La próxima publicación consistirá en una reflexión sobre lo aprendido en la tercera sesión de la asignatura. Coming soon!
¡Hasta la próxima!
Un comentario sobre a túa proposta de actividade: sempre hai que ter en mente o nivel do alumnado ao que vai dirixida. Si estás facendo unha actividade con vocabulario da casa (bastante básico), non podes pedirlles que fagan unha redacción sobre a súa casa ideal utilizando estructuras condicionais. Podes presentala de dúas maneira: a) unha actividade básica (vocabulario básico da casa - redacción "MY IDEAL HOME": usando It has/There is.... e frases moi simples); b) unha actividade máis avanzada, si subes o nivel do vocabulario para incluir outras palabras menos básicas como attic, fireplace, basement, garden gate.... entonces a redacción pode subir de nivel tamén.
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