martes, 25 de noviembre de 2014

De todo se aprende (Diario 3)

Toca escribir sobre la tercera clase de didáctica. Se llevó a cabo una actividad en la que se planteaba una situación ante la que todos, como docentes, podríamos encontrarnos en el futuro. Y está claro que debemos saber qué hacer en caso de que sea así. El profesor nos planteó el contexto: como profesor/a, un centro educativo se pone en contacto contigo para dar clase sustituyendo a otro profesor. ¿Qué aspectos debemos tener en cuenta y sobre qué debemos informarnos para realizar un buen trabajo?

Tras debatir en grupos nuestras opiniones, cada grupo expuso los aspectos que consideraba más relevantes y se elaboró una lista común. Conocer la edad y el curso de los alumnos a los que se dará clase es fundamental, ya que los contenidos y la dificultad de cada año académico son diferentes. El profesor debe preparar la clase y adaptar las actividades que realizará a los alumnos con los que estará. Otro factor importante serían los recursos y materiales de los que dispondrá, ya que cada centro cuenta con unos recursos específicos con los que los profesores pueden obtener buenos resultados en las sesiones académicas. Herramientas como televisores y reproductores de DVD pueden permitir a un profesor de una lengua extranjera ayudarse de una película u otro material audiovisual para trabajar la comprensión oral y la pronunciación de los estudiantes. El contexto es otro aspecto importante: no es igual un centro público que un centro privado, al igual que el contexto de un centro gallego no es igual que el de un centro madrileño o uno andaluz. Todo influye en el aprendizaje de los alumnos y, por tanto, en la preparación de las clases. Cada centro educativo tiene su organización interna, algo que el profesor debe conocer y respetar, lo que también influirá en cómo prepare las sesiones. Hablar con el profesor al que se sustituye, preparar actividades de presentación o informarse sobre el horario y el libro de texto son otros factores que serán de gran utilidad. En definitiva, debemos adquirir toda la información posible para prepararnos adecuadamente.




A continuación, se introdujo el tema relacionado con la edad de los estudiantes y su importancia en el proceso educativo. Está claro que el aprendizaje no resulta igual de fácil para un niño de 6 años, un chico de 15 y un hombre de 32. Seguro que todos, con el paso del tiempo, hemos notado más de una vez que nos resulta más difícil aprender idiomas. Por supuesto, es un hecho general; igual que hay gente a la que nunca se le han dado bien los idiomas, hay otra que, a pesar de los años, sigue mostrando mucha facilidad para aprenderlos. Pero está claro que algunas características del aprendizaje son diferentes en función de la edad. Tal y como vimos en clase, el desarrollo cognitivo cobra más importancia en los estudiantes a medida que se hacen mayores, además de adquirir una mayor capacidad de reflexión y análisis. Por tanto, en esta sesión pudimos ver que la etapa que comprende desde el nacimiento de la persona hasta los 10 años de edad se puede dividir en cuatro fases. 


La primera de ellas es la edad ideal, que se correspondería con el primer año de vida. Seguro que todos hemos oído alguna aquello de que los bebés "son como una esponja", ya que tienen una enorme capacidad perceptiva. Al tratar este tema en clase, me acordé enseguida de todas las veces que oí esa frase, que me parece del todo curiosa. También pude comprobar que algo como hablarle a un bebé antes de que nazca es positivo para su futuro desarrollo lingüístico. Aunque debo reconocer que, hasta que no lo hemos visto en clase, no había reflexionado sobre lo útil que puede resultar.

A continuación: la edad gloriosa. La verdad (y seguro que no soy la única), me hizo gracia el nombre esta fase, que aparece cuando el alumno tiene 1 año y se prolonga hasta los 6. Eso sí, está claro que es una edad importante para el desarrollo lingüístico, ya que se trata del período en el que los niños muestran una enorme capacidad de imitación, en la que pueden trabajar en profundidad la pronunciación de una lengua extranjera. Podemos ver la importancia de aprender una lengua extranjera desde una edad muy temprana, ya que la posibilidad de adquirir una pronunciación excelente es mayor en estos años. Sin embargo, como se matizó en clase, el trabajo debe ser continuo, para que el alumno no olvide lo aprendido, ya que también resulta ser un período en el que se tiende a olvidar con facilidad las cosas aprendidas.

La tercera fase sería la edad crítica, cuyo nombre se puede considerar muy acertado al tratarse de un período en el que el alumno empieza a desarrollar una mayor capacidad de reflexión. Esto le ayuda a comprender las reglas que rigen el idioma y organizarlas de manera que el aprendizaje es más rápido. Esta fase tiene lugar desde los 7 hasta los 9 años.

Finalmente, cuando el alumno tiene 10 años, se da el período fatídico. Como posiblemente se intuye, a partir de esta edad la capacidad de imitación y la facilidad para aprender la lengua extranjera disminuye, por lo que el aprendizaje se vuelve más complicado y requiere más esfuerzo. Y a partir de los años siguientes, además de los cambios cognitivos, también aparecen los cambios en el ambiente y en la autoestima de los alumnos. Seguro que todos hemos notado que, a medida que nos íbamos acercando a la adolescencia, nos resultaba más difícil hablar en público. 

Una vez visto el tema de las distintas edades, me gustaría reflexionar sobre un concepto presente en el aprendizaje: el error. En mi opinión, ningún estudiante se librará de cometer errores, ya que de alguna forma hay que aprender. Evidentemente, uno de los objetivos de la enseñanza es superar los errores, pero creo que son necesarios para asegurar el aprendizaje. Veo el error como algo fundamental, a pesar de que siempre he sido de esas personas que tienen miedo de hacer o decir algo mal o, como suelo decir más, de "meter la pata". ¿Quién no ha intentado evitar leer o solucionar un ejercicio en alto en clase por miedo a hacerlo mal? Y más aún, en el período de ESO y Bachillerato. Recordemos que en la adolescencia aparece la inhibición y el miedo a hablar en público. Aun así, como he dicho, el error está ahí y la única forma de aprender y mejorar será aprender de él. Esta reflexión me ha recordado a un texto que leí una vez, que hablaba del futuro de los traductores. No proporcionaba posibles salidas profesionales, ni hablaba de las cosas que un buen intérprete debe hacer. Hablaba del error. Más concretamente, decía claramente que un traductor va a cometer errores en algún momento de su vida. Seguro que más de un estudiante de traducción se asustaría al leer algo así. Sin embargo, lejos de desmoralizar a quienes lo leyeran, el texto hacía una reflexión del futuro de una forma realista, pero conseguía "tranquilizar" a los estudiantes. Mostraba el hecho de que todos podemos cometer errores y no debemos venirnos abajo por ello. De todo se aprende y el error es una herramienta que debemos utilizar para mejorar. 


So don't panic!


1 comentario:

  1. En la primera parte de tu entrada hablas de una situación ideal de sustitución de un profesor, y todos sabemos que entre la teoría y la realidad hay un trecho. Esperemos que si un día tenemos que hacer una sustitución tengamos tanta información y no simplemente el nombre del colegio y que nos busquemos la vida.
    Sobre tu concepción del error, creo que tienes razón, errare humanum est, y sirve para aprender. Pero no olvidemos las clases del señor Yuste, el error para aprender es útil, pero en el resto de contextos hay que erradicarlo.

    ResponderEliminar